El día que marcó el principio del segundo trimestre de mi embarazo sin lugar a dudas fue el dos de Diciembre.
Un día eterno, feliz y triste, para recordar, tanto en lo bueno como en lo malo.
Mi fiel compañero de hazañas, a sus catorce añitos de vida, decide abandonar la familia. Se ha puesto muy enfermo y no queda otra opción: hay que sacrificarlo.
Mientras voy al punto de encuentro con A para acudir a la consulta de ginecología, mi padre lleva a mi perrín a sacrificar. Es una sensación rara, triste, nerviosa, feliz...19h, al fín voy a saber qué eres, garbancito.
A partir de aquí, empieza la segunda parte de esta historia. Acomódense, tengan un vaso de agua o refresco cerca, quizá unas palomitas también. Otro pequeño fragmento de los nueve meses más decisivos e importantes de mi vida dedicado a todos mis lectores y lectoras.
Otro chico más en la familia, eso es lo único que significa T para la familia política. Por el contrario, para mi familia (sin lugar a dudas, su única familia) es una bendición, un nieto, un sobrino, una VIDA en camino. Un trozo de su hija, nieta y sobrina, de mí.
Empiezan las peleas con A, cada vez decisiones más importantes que tomar, cada vez el dinero hace más estragos en nuestra vida como pareja, en nuestra no-convivencia (y menos mal que no la hay), cada vez Sr. papá pone más problemas en todo.
Han pasado dos meses desde que me desvelaron el sexo de mi bebé, desde que aquella pequeña barriguita sobresaliente con aspecto fofo y blandengue asomaba a través de mi ropa ajustada. Ahora es una barrigota en toda regla, consistente. Pesa y estira. No paro de huntarle crema, como si de abrillantar una bola de billar se tratase.
Catorce de Febrero, San Valentín, bonita fecha para los enamorados, odiosa para las medias naranjas exprimidas. Un ramo con ocho rosas color rojo pasión y tan vivas como la vida misma llama a mi puerta. Una tarjeta conmovedora: Una rosa por cada mes que he pasado a tu lado. Os quiero. Qué ingenua fuí de creer las letras que bailaban sobre ese trozo de cartulina, no podía ni imaginar que, unos meses después, no quedaría nada de ese amor.
Marzo, llega la primavera y con ella el último acelerón en los preparativos para la llegada de T. Importantes decisiones que tomar. La habitación, la bolsa del hospital... cada detalle es importante para mí. Cambio los muebles mil veces de sitio. Los cajones de la cómoda parece que tengan vida propia, creo que he perdido la cuenta de las veces que he cambiado la ropa de sitio. He hecho y desecho la bolsa del hospital como unas diez veces, ¿demasiada ropa de abrigo?,¿demasiada ropa de entretiempo?.
Cada vez empiezo a estar más cansada, ataques de ciática empiezan y me acompañarán hasta el final de mi embarazo, si esto me parece poco debería ir agarrándome bien los machos...
Cada vez la barriga empieza a pesar más, empiezo a ganar peso con mayor rapidez, presiento que tardaré poco en dejar de hacer ciertas cosas por mí misma.
Cada vez noto más movimientos de T, patadas, hipo, otros son indescriptibles, una especie de remolino dando vueltas por mi vientre, mariposas revoloteando por mis adentros.
Empiezan a quedar en el olvido las nauseas, los ataques de hambre voraz y algún que otro síntoma que todavía me acompañaba desde el principio.
Estoy embarazada de casi siete meses y los nervios e incertidumbre me invaden. ¿Cómo será mi parto?,¿Qué será de mi vida como madre?,¿Estaré a la altura de las circunstancias?.Preguntas que obtendrían su respuesta en un periodo máximo de tres meses.
Es tan evidente que estoy embarazada que sería imposible evitarlo ni aun queriendo. La gente parlotea, rumorea, juzga, critica, algunos incluso alaban.
Yo, por mi parte, muchos días sigo mirándome al espejo y preguntándome ¿estoy embarazada de verdad?. Suena raro, pero a veces no termino de creermelo.
No puedo terminar esta parte de mi relato sin mencionar a mis niñas del foro (no dejaré enlace por respeto a la intimidad de todas y cada una de nosotras), esas chicas embarazadas, como yo, que me han estado acompañando durante los nueve meses más importantes de mi vida y que siguen haciéndolo a día de hoy como si fuera el primer día. Esas desconocidas con las que he compartido tantas historias e intimidades. Esas barriguitas con las que he enlazado unos lazos tan estrechos desde la red. Esas personas a las que me gustaría tener el placer de conocer personalmente.
Podría mencionaros a todas y cada una de ellas, pero no son pocas, y dedicarles un solo renglón me parecería quedarme demasiado corta.
Solo os puedo decir que hay un rincón en la red que alberga toda mi historia, una historia para imprimir y guardar en papel para siempre. Una historia compartida, rodeada de otras miles de historias para recordar.
Puedo afirmar con orgullo que he hecho GRANDES AMIGAS a lo largo de este tiempo por internet.
Y puedo asegurar que, pase lo que pase, aunque el tiempo no acompañe, las recuerdo y recordaré a diario a todas y cada una de ellas, y a todos y cada uno de mis ciber-sobrinitos y sobrinitas.
GRACIAS A TODAS MIS GORDIS por haber compartido algo tan personal y tan bonito, por haberme hecho sentir cómoda, y no una adolescente embarazada e irresponsable, como muchas otras personas me hicieron sentir, gracias por haberme dado el apoyo que el padre de mi hijo no me supo (o no quiso) dar, gracias por haberme hecho sentir que cada dolor era un segundo menos para tener a mi hijo en brazos, gracias por haber hecho que mis 48h de parto hayan sido preciosas, pese a todos los dolores y complicaciones, pensando que vosotras estábais pasando por lo mismo, pensando que vosotras estábais ahí, a mi lado, lejos pero a mi lado, gracias por haber sido mi punto de encuentro, de desahogo, por las risas, las cuentas recesivas, las emociones...
Podría seguir así unos cuantos miles de renglones más, porque os estaré eternamente agradecida.
Finalmente, lo más importante: GRACIAS por seguir a mi lado. GRACIAS por vuestra amistad.
Sé que vosotras, especialmente, estábais esperando esta parte del relato. Espero que la disfrutéis reviviéndola, la he escrito con el mismo cariño y emoción con que lo hice en su momento.
Próximamente, el desenlace.
martes, 22 de febrero de 2011
→ Mi embarazo (parte 2/3)
Publicado por Miss|Cinnamon|Doll en 22:13
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3 comentarios:
Buenos días. He conocido tu blog a través de un comentario que has hecho en el blog de Yohanasant.
Me ha gustado mucho el post del embarazo. Es increíble como escribes, como narras cada frase, como explicas cada detalle. En serio, me ha encantado.
Desde hace unos minutos soy seguidora oficial de tu blog... jeje. Ahora me pongo al día del resto de entradas.
Por cierto, ¿no tendrás por casualidad canal de Youtube? Sería genial poder seguirte también por allí, ya que me es más fácil (aún no domino mucho este munde del Blog.
Si te apetece y tienes un momento, te invito a echarle un vistazo al canal que tengo en Youtube y si te animas puedes participar en el SORTEO:
www.youtube.com/user/adrianapv88
Un fuerte abrazo,
Adriana
P.D.: Ya tengo ganas de leer el desenlace del último post.
Muchas gracias Adriana, me alegro de que te haya gustado mi relato, lo estoy escribiendo con todo el cariño del mundo, aunque claro, una experiencia tan bonita no se puede redactar de otra forma.
No tengo canal en Youtube, todavía no me he decidido a subir videos, no tengo equipo adecuado y tampoco me termino de animar. De todos modos, le echaré un vistazo al tuyo y te seguiré por allí.
Gracias por suscribirte y por comentar. Un saludo.
Hola, hacía mucho tiempo que no sacaba un hueco!! Bueno que bonito relato, entiendeme, desde tus vivencias con T!!!
BESAZOS wapa, lo está haciendo genial!! MUA
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