domingo, 17 de octubre de 2010

Cuando el final es la única opción disponible...

Tan solo dos semanas después de que todo haya acabado (o haya empezado a acabar) me paro a pensar, tristemente, cómo es posible que los castillos de arena que tanto nos cuesta construir se derrumben en tan solo un instante...
¿Es posible que una pareja salga adelante con el esfuerzo de tan solo uno de los dos miembros?
Quizá sea muy exigente, quizá el hecho de haberme convertido en madre me haya trastornado y vuelto un ogro, quizá todo lo que pienso y siento se magnifica por el amor que siento hacia mi hijo, o quizá todo esto sea real como la vida misma.
Sea como fuere, todo ha terminado. Me cansé de empujar a mi pareja, me cansé de pasarlo mal, de dar oportunidades y verlas desaprovechadas, de no sentirme valorada, de no sentir que él siente el mismo cariño hacia nuestro hijo que siento yo, amor de madre, supongo.
A veces duele, otras no. Cuando pienso en tiempos pasados, pienso lo bien que nos iba, lo bien que me hacía sentir...pero cuando me paro a vivir el presente y pensar en el futuro, no le veo en mi vida, no es la vida que quiero llevar, no es el hombre que quiero tener a mi lado...quiero rehacer mi vida, con mi hijo, pero sin su padre.
Por otro lado, estoy tan cansada de verme como hace cuatro meses y medio...el embarazo me sentó mal, claro está...todas engordamos, unas más, otras menos...pero todavía no me he recuperado, tan solo cinco kg's menos...en cuatro meses y medio, demasiado poco, demasiado nada.
Que me digan mil veces al día lo gorda que estoy me rebienta, sé que lo hacen por mi bien, pero me rebienta. Lo siento, soy débil.
El estrés, la ansiedad, la falta de tiempo, las celebraciones y reuniones... hoy me he pasado (y otros muchos días atrás también lo hice)
En fín...días grises...