jueves, 17 de febrero de 2011

→ Mi embarazo (parte 1/3)

Doce de Septiembre de 2009, a dos días de la regla, debería bajarme, pero tengo el presentimiento de que no lo hará.
No sé cómo explicarlo, es algo raro. Llevo varias noches soñando que estoy embarazada.
Hacía un par de meses, quizá tres, que había dejado las pastillas anticonceptivas. Las tomaba por motivos hormonales, siempre he tenido desajustes importantes. Las llevaba tomando cerca de siete años consecutivos.
Una conversación, no sé bien cómo ni por qué motivo, en la que, quien pasará a ser mi ex (y padre de mi hijo) y yo hablamos de nuestro futuro, llevamos poco tiempo juntos, pero nos planteamos un futuro, quizá no tan lejano como parece. Nos encantan los niños, quizá estaría bien tener uno (lapsus mental, unas horas más tarde decidimos que es una locura).
Tres días de retraso. Suelo ser puntual como un reloj. Debería hacerme un test casero, pero A cree que es demasiado pronto. Aún así, voy a la farmacia, compro uno y decido hacérmelo.
Esperamos a que mi suegra se vaya de casa, es temprano, apenas medio día. Sería mejor esperar a tomar la primera orina de la mañana, pero no lo hago.
Intentando autoconvencerme de que todo lo que he sentido hasta ahora no son más que presentimientos insulsos, pensando que estoy teniendo los mismos síntomas de todos los meses, solo que, esta vez no baja (ni lo hará).
Dejo el test sobre la mesa. Intento distraerme con la pantalla del ordenador mientras pasan los 3-5 minutos de rigor. A y yo apenas nos dirigimos la palabra, únicamente nos miramos.S
Sigo intentando autoconvencerme, quizá evitando el pánico que me empieza a invadir. Es imposible. No pueso estar embarazada. No puedo, no lo estoy...
No han pasado ni dos minutos (no puedo evitar mirar la esquina inferior derecha en la pantalla del MAC). Miro hacia la ventana de resultados del test. Una ralla clara, intensa. Y una sombra que empieza a aparecer. Dirijo la mirada hacia otro lado, apenas unos segundos, acongojada, esperando no ver lo mismo que acabo de ver cuando vuelva a detener mi mirada en la ventana de resultados. Lo vuelvo a hacer. Ahora hay dos rallas, prácticamente igual de intensas.
A sigue perdiendo la mirada en la pantalla del ordenador. Empiezo a temblar, no puedo ni hablar.
"No puede ser". Me mira. Me tiemblan hasta los labios. "Estás embarazada" me digo a mí misma al mismo tiempo que A lo afirma en voz alta. ¿Ha aparecido la segunda rallita?. Díme que no.
Pero no fue capaz de hacerlo, la veía tan claramente como yo.
"Haremos lo que tú quieras, si quieres, lo tendremos, si no..." . No sé qué responder. Rompo a llorar. No hago nada más. Solo abrazo a A, y lloro.
"Ahora mismo no sé ni lo que quiero, siento alegría, agobio..."
Soy incapaz de probar bocado. Esa misma tarde hablamos con mis padres.
Entro por la puerta de casa, mi cara parece un cuadro de Picasso. Mi chico se esconde detrás de mí, buscando alguna cacerola con la que protegerse los huevos (hablando mal y claro).
"Tenemos que deciros algo". Mis padres se miran, nos miran. No sé por dónde empezar, ni qué decir.
Mi madre lo hace todo mucho más fácil. "Estás embarazada" exclama. Dios, lo estoy, pero ¿cómo puede saberlo?
Rompo de nuevo a llorar. Mi padre me abraza. Mi madre me besa. Intentan calmarme "No pasa nada, es una alegría para nosotros, un bebé en la familia, hace mucho que no pasa algo así"
Mi padre está contento: conocerá a su niet@. Está enfermo, así que es una gran alegría para él, una buena noticia.
Mi madre me pregunta si he comido. No. Me prepara un sandwich. Tengo nauseas. Últimamente lo de las nauseas se repite bastante. "Son los primeros síntomas del embarazo", me explica.
La reacción de mi suegra no es tan buena. No es lo que ella quiere para su hijo (¿nuestro bebé?, ¿yo?, ¿ninguno de los dos?). Olvida, para variar, que A tiene treinta años, es lo suficientemente mayor como para decidir sobre su vida. Tiempo más tarde, es el propio A quien lo olvida.
Llamo a la consulta de ginecología. Quiero pedir cita. La enfermera me pregunta por mí FUR.
"Te daré cita para dentro de dos semanas, así nos aseguramos de que ya estarás de siete semanas". Dos semanas eternas. Deseo ver a mi bebé.
Llega el día, quince de Octubre de 2009. Esa pequeña cosa con forma de habichuela es mi bebé. Tan pequeño que parece irreal, pero lo suficientemente grande para poder verlo. Su corazón está empezando a latir, pero le falta fuerza. Deberemos esperar una semana más hasta poder oir su pequeño corazoncito en acción. Indescriptible.
El segundo mes de embarazo transcurre entre "Enhorabuena, es algo precioso" y "Pero si aún eres muy joven". Cada cual hace sus propias elucubraciones. Mil historias en boca de la gente. Me da igual.
Mientras tanto, Octubre y Noviembre son los meses más largos de mi vida. Me paso el día con dolor de estómago, nauseas, somnolienta. Parece que no soy humana. Apenas tengo barriga ¿estaré embarazada de verdad?. Sí, esa pequeña habichuela de la eco es mi bebé, no hay lugar a dudas.
Deseo que llegue el dos de Diciembre. Me dirán el sexo de mi bebé.
Los trucos de la abuela, cucharas y tenedores bajo cojines sobre los cuales debo sentarme, cadenas en movimiento que se mueven de lado a lado, o bien formando círculos, tablas chinas, indias, apuestas de la gente según la forma de mi barriga (sí, empieza a notarse un pequeño bultito en mi vientre). Todo apunta a que será una niña. Se llamará Lola.
Llega el gran día. Triste y feliz a la vez. Feliz por saber el sexo de mi bebé, triste porque mi perrito de catorce años está muy malito. Finalmente hay que sacrificarle. Tan solo una hora después, 19:00 pm, y con lágrimas en los ojos y una entrecruzada de sentimientos, descubro que mi bebé no es una niña, es un niño sano y enorme.
Peleas sobre el nombre. Llegamos a un acuerdo. Se llamará como mi padre.(...)


Si os ha gustado el comienzo de mi historia, os aconsejo que no os perdáis los dos últimos capítulos. Es imposible narrarla toda de una, demasiados detalles y sentimientos me vienen a la mente. Quiero hacerlo bien, quiero transmitiros al máximo posible lo que viví en cada momento. Por eso he preferido hacerlo en tres partes. Los tres trimestres del embarazo.

* Próximo capítulo: 3-6 meses de embarazo. El comienzo de los preparativos.

1 comentarios:

lade dijo...

Preciosa narracion de ese momento tan grande de tu vida, me has emocionado, ahora mismo necesito leer las otras dos partes de tu historia...