martes, 15 de febrero de 2011

→ De paso por la vida

Ya soy conductora, sí, ya tengo mi L, mi carnet...en mi caso,a la tercera a ido la vencida (y bien merecida, porque la segunda vez me suspendieron más por jorobar que por otra cosa, pero bueno, no voy a entrar en ese tema).
Estoy feliz, muy contenta, llena de emociones, alegría, incredulidad, algo de pánico a coger un nuevo coche sola...pero feliz.
Todo esto me ha dado qué pensar sobre el paso de las personas por nuestras vidas. Mi profesor, J, ha sido un sol desde el primer momento. Recuerdo cuando fui a apuntarme para comenzar con las prácticas, meses después de haber aprobado el teórico, él entraba por la puerta y le dijeron "esta va a ser tu nueva alumna, hará las prácticas contigo". He de reconocer que en ese momento me pareció un poco palo, un poco chulo y un poco pasota...tampoco es que cruzase demasiadas palabras con él, nada más allá de lo justo para quedar. Un par de días después, empecé con la odisea en el mundo de la circulación, recuerdo que, nada más verme, se presentó "Hola, soy J, encantado"
A raíz de ahí, nos vimos prácticamente todos los días, hasta el primer examen (que suspendí, por saltarme un ceda el paso) a partir del cual nos veíamos menos, hacía menos prácticas, únicamente la zona de examen. El hecho de ver todos los días a alguien hace que le cojas confianza, que acabes contando cosas que, como él mismo lo define " cosas que no contarían ni a sus parejas, ni a sus familiares, ni a sus amigos" y añado yo "por miedo a ser juzgados gratuitamente". Afirmaba coger confianza con muchos de sus alumnos (y los alumnos con él), necesitar ver caras nuevas con frecuencia, que aprobásemos pronto, ya se sabe que la confianza da asco, y no se enseña igual cuando no tienes confianza que cuando sí la tienes.
En mi caso han sido tres meses y medio de palabrerío e intercambio de opiniones, la verdad es que de su vida privada apenas me habló, pero haber conocido a alguien como él me sirvió de gran apoyo para superar la ruptura con el padre de mi hijo.
¿Qué deciros de él? 30 y pocos años, creo recordar que 32, guapete, extrovertido, simpático, muy tranquilo...Según él soltero y sin hijos, según una servidora, casado y con un hijo (lo del hijo lo sé con certeza, y lo de casado, lo deduzco por el anillo de compromiso que lleva, no hace falta más) Me da igual su estado, su situación familiar, es alguien a quien ya no voy a volver a ver en la vida, pero que me ha ayudado mucho, aunque él no lo sepa. Muchas veces nos apoyamos en desconocidos por miedo a ser juzgados por nuestros conocidos y seres queridos, ese apoyo es el que nos hace salir adelante, ¿qué más me da lo que opine J? realmente te llega a dar lo mismo, pero siempre viene bien una opinión ajena al marrón mental o físico que llevas sobre la espalda.
Durante un tiempo tontee con él, tonteamos, ambos. Hablamos de tomar algo cuando aprobase, no le gusta quedar con las alumnas mientras lo son. Sinceramente, no creo que haya café ni ningún encuentro más allá de lo fortuito. Tampoco me preocupa, ahora intento rescatar mi relación con quien ahora es mi ex pareja y padre de mi hijo.
Simplemente me gusta observar, pensar...y pienso en la importancia de las personas que llegan a nuestras vidas por casualidad, se estancan en ella un cierto tiempo, nos aportan muchas cosas buenas, apoyo casi incondicional, y un poco más tarde, por el motivo que sea, se van, salen de nuestra vida, y aunque sigan siendo desconocidos, dejan huella, una huella que nunca se borrará. Siempre recordaremos a esas personas por la forma en la que llegaron a nosotros y por la forma en que se fueron de nuestra vida. Ya no están a nuestro alcance, pero seguimos pensando en ellas. El tiempo lo borra todo, pero nunca borra a quien nos ha ayudado, apoyado, a quien nos ha hecho sonreir y sentirnos bien después de mucho tiempo. A veces pienso si este sentimiento será mutuo, recíproco. Quizá sí, quizá no.
Sea como sea, J tiene mi teléfono, puede usarlo cuando quiera, o bien archivar mi ficha, borrarlo de la memoria del móvil y desaparecer definitivamente.
Yo también tengo el suyo, pero en mi caso prefiero dejarlo como está, en la memoria, sin usarlo.
Una persona que ha sido importante en mi vida a lo largo de estos últimos casi cuatro meses y ahora desaparece de ella (llámese J, en este caso)

Sí, me gusta mucho pensar, darle vueltas a las cosas, recordar momentos, pensar en que hubiera pasado sí...soy así y nunca voy a cambiar (tampoco quiero hacerlo)
Creo que él también me recordará, aunque solo sea por la castaña que me metí en la última práctica, justo antes de subir al coche, desaparecí en décimas de segundo y creo que aún duda si me levanté sola o fue una acción divina. Recordará a su chica del cuarto milenio. La chica que cantaba, se despistaba y se saltaba los Stop. La chica que le regaló un CD de Taylor Swift.
Como me dijo no hace demasiado..."vivo en este coche, y con todas las cosas que vivo en él podría escribir un libro"

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